domingo, 10 de julio de 2011

¡HOLA! ESTÁ BIEN FEO EL DÍA

¡HOLA! ESTÁ BIEN FEO EL DÍA Monica Gameros
Cuarto cuento publicado en 2010,
libro Estallido, Cascada de Palabras, cartonera


mg2 dice: Hola!

mg2 dice: está bien feo el día, nublado, las nubes son casi negras y tengo tanto frío que me siento como Nueva York en un día nublado...

mg2 dice: camino por las calles grises; siento el peso de las nubes sobre mi cerebro, cayendo y amenazando a la gente; es como si Tlaloc quisiera castigarlos por su vida destructora y sangrienta; el dios de la lluvia les envía un escudo de plata que no deja pasar la luz de Tonatiuh.

mg2 dice: además Quetzalcoatl no está en casa, se fue de vacaciones a Cancún y dice que igual no regresa para acá en un rato, que lo tenemos harto

mg2 dice: sigo caminando sobre el gris de las banquetas, que sin basura, me parecen más una maqueta en la que somos los muñequitos dispuestos a mantenerse en donde se les coloque

mg2 dice: Estoy empezando a odiar el gris, aquí todos visten de colores chillantes pero sus rostros son blancos, negros, amarillos, cobrizos, rojos, mulatos, todos diferentes, pero siempre con una capa delgada de olvido que los tornan en el tedioso gris que me invade el ánimo

mg2 dice: Todos están tristes; hace cuatro días no ven a Tonatiuh y saben que han sido castigados… en los parques la gente trata de alegrarse y por momentos lo logran. Hasta se olvidan de los peligros que pueden existir en el parque central.

mg2 dice: yo por mi parte, escucho música en mi walkman Made in China y camino como "delincuente", sobre el "césped". Voy hacia la zona de tiendas, quiero observar las luces de colores en los escaparates, el reflejo de la añoranza sobre las mejillas de las mujeres blancas, transparentes como una tela porosa en la que flotan las pecas y sus ojos azules… son muy raros, hay algunos realmente intensos pero hay unos que más bien parecen un cuerpo sin alma.

mg2 dice: Todas las güeras ríen en bola como si el aire les contaminara el cerebro. Todas se acercan a los escaparates y observan los vestidos de 700 dólares, los pantalones de 3000, los abrigos en OFERTA de 10 mil, y de pronto entiendo que las mujeres que realmente compran bajan de su auto y entran directamente en la tienda, las empleadas de la boutique las saludan, como hace Doña Mari cuando voy a su miscelánea...

mg2 dice: No creo que se pregunten por sus familias, no se ve tanta confianza entre ellas; más bien es como si entraran en una tienda donde saben cómo van a actuar las empleadas, casi todas inmigrantes, mestizas, chinas, chicanas y mexicanas, saben que las adularán por un momento, que pondrán a sus pies todo lo que tenga precio.

mg2 dice: Me pregunto ¿cómo me tratarían si entrara ahí? Y me veo igual que las mantas blancas donde flotan las pecas y los ojos azules, con la tarjeta de crédito en la mano mientras las empleadas me lamen el culo y me halagan para que compre…

mg2 dice: si llevo la tarjeta seguro que eso pasa, sólo que mi piel es cobriza y mi cabello tan negro como la noche que invade las calles grises... de hecho cuando voy a la tienda, a los malls, a los super enormes complejos comerciales, soy invisible porque mi cabello no brilla como el sol, porque mis ojos son del color de la noche, porque mi ropa no es el de una heredera...

mg2 dice: Si supieras lo difícil que es vivir en el Bronx con este color de piel y este color de cabello.

mg2 dice: Es como si viéramos una persona con el cabello naranja, a huevo que lo ves. Así somos los mexicanos aquí. No podemos escondernos. No podemos disfrazarnos. Estamos chiquitos. No se puede pues, sólo queda correr cuando se escucha el silbido de alerta. El silbido de la migra que viene por quien se pueda, nomás pa´ justificar el sueldo.

mg2 dice: A veces me pregunto cómo acabé aquí.

mg2 dice: No me acuerdo en que momento decidí brincarme la barda.

mg2 dice: Me daba miedo la idea de pensarme perdida en el desierto; tuve que aceptar tener relaciones sexuales con tres de la migra para que me soltaran; luego también tuve que acostarme con el pollero para que me dieran por desaparecida sus jefes por que las tarifas de la pasada estaban chonchas y vivía como esclava.

mg2 dice: ¿Cómo llegué aquí?

mg2 dice: Las mujeres sonríen y las pecas flotan y brincan sobre sus caras rosadas; las mujeres de afuera muerden sus labios con envidia. Algunas observan con cierto resentimiento. Otras son silenciosas espectadoras de mujeres perfectas envueltas en vestidos y telas costosas, inaccesibles, fuera de su alcance.

mg2 dice: ¿Cómo llegué aquí? ¿Sabe alguien de mí? ¿Me recuerdan allá?

mg2 dice: En las fiestas era la que mejor bailaba. Era la más bonita. Era la más alta. Era la más blanquita, jajajaja, blanquita…

mg2 dice: Uyyy tengo que irme, ya se anuncia la hora del resguardo, sobre todo si vives en el Bronx y si eres mexicana… saludos a la Marcela, dile que eduque bien a su crío y que si se anima le mando dinero para que se pase la barda, pero que no traiga al crío porque aquí no hay vida, no hay tiempo, sólo hay filas de segundos que se escurren por los años, mientras le seas útil a los güeros. Besos a mamá Chabela, dile que vaya por su dinerito y que termine de construir el cuarto de mis hijos... adiós

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